"SELFIES DE UN HOMBRE INVISIBLE". Presentación del nuevo libro de Joaquín Piqueras a cargo de Diego Sánchez Aguilar.




Selfies de un hombre invisible.

Presentación de Diego Sánchez Aguilar.


“Selfies de un hombre invisible” es el noveno poemario de Joaquín Piqueras, y en él podemos observar todas las marcas que han ido definiendo su estilo y su marca poética  a lo largo de los años.

En primer lugar, habría que destacar la oscuridad, el pesimismo que caracteriza este y la mayoría de sus libros. En realidad, yo, como pesimista que soy, siempre he estado en contra de esa palabra: nunca la he entendido, es más, creo que todos aquellos que somos calificados como pesimistas deberíamos rebelarnos de una vez y luchar contra ese término. Me parece, resumiendo, una trampa del lenguaje, porque parece que es tan fácil como elegir entre dos opciones: ser optimista, o ser pesimista. Pero, si lo pensamos un poco, bajo lo que se denomina “pesimismo” (o al menos en ese sentido me refiero a la visión del mundo que transmiten los poemas de Piqueras) no hay sino una mirada clara y directa, sin engaños ni excusas, a la realidad. Y la realidad, con datos, es pesimista por naturaleza. Ejemplo número uno: Que estar vivo es un proceso degenerativo que lleva sin excepción a la decadencia, a la vejez y/o a la muerte es algo que no admite posicionamiento personal, que no admite una actitud optimista. Pero parece que decirlo, señalarlo, recordarlo y hacerlo poéticamente explícito, como hace Joaquín, te coloca en el lado de los pesimistas. Pues bueno, que me expliquen los optimistas qué otro futuro esperan. Ejemplo número dos, también muy ligado a los poemas de Joaquín: que la sociedad es una trampa en la que el individuo solamente va a ser estafado, utilizado, explotado, juzgado y condenado si se atreve a levantar su voz es otro hecho probado e irrefutable. No sé en qué momentos de la historia pueden los llamados optimistas basarse para justificar una visión de futuro en la que los hombres se comprenden y respetan, en la que el egoísmo, la explotación laboral y la codicia extrema e insensible no son las reglas del juego con las que los de arriba nos aplastan a los de abajo. La visión social, muy presente en toda la obra de Joaquín, y aquí no es una excepción, nunca nos plantea paraísos soñados, porque la realidad social es lamentablemente sinónimo de injusticia, y la tarea del poeta es señalar y denunciar dicha injusticia, como él hace aquí en varios poemas.

                    En la tristeza innata de los comedores sociales,
            en el silencio inerte de los cuerpos con hambre,
            en el fuego cruzado de las voces de los políticos,
            en el tiro al blanco a inmigrantes en la ciudad sin nombre,

            ahí, solo ahí, 
            hallo mi lugar”.

El otro elemento que caracteriza la poesía de Joaquín es la ironía. El pesimismo que hemos mencionado antes no tiene por qué desembocar en poemas dramáticos o en un pozo de desesperación: la ironía es la actitud que elige el poeta para distanciarse de ese dramatismo. Con ella consigue un doble efecto: mantiene la oscuridad, la certeza de lo irremediable, no lo suaviza ni lo evita, no aparta la mirada ni se engaña a sí mismo. Pero sí se distancia de ese dolor con una mueca, con una sonrisa que viene al mismo tiempo de la certeza de que la vida es dolor y de la certeza de que nada se puede hacer por evitarlo, y que, por lo tanto, ese dolor tampoco nos hace especiales o únicos, por lo que un poco de humor (negro) es una actitud más elegante y lúcida que el llanto desesperado que sería más propio del inconsciente que, de repente, se da cuenta del mal que se le viene encima. Los buenos pesimistas son irónicos, y poco dramáticos, porque llevan toda la vida mirando a la vida a la cara.

                        torpe asesino
                        el tiempo, que deja huellas
                        por todas partes”

Por último, es casi imposible hablar de la poesía de Joaquín sin mencionar su rica intertextualidad, que muchas veces es una gozosa fuente también de ironía, y que, siempre, es una definición de su estilo y de su actitud vital: sus poemas suelen dialogar con la obra de otros escritores, usar referencias de obras literarias como (y aquí ya me limito a las de este libro) la Odisea, la poesía de Leopoldo María Panero, la vida u obra de escritores de la literatura patria (“Enseñar a los clásicos”) o universal (“La deuda hipotecaria de Villon amortizada por los muchos escritores hipoxifílicos que en el mundo han sido”), el cine (tiene todo un libro dedicado íntegramente a intertextualidades cinematográficas, pero aquí aparece el cine de terror, Psicosis, El resplandor, Viernes 13…, Forrest Gump...Y, por supuesto, la otra gran pasión de Joaquín junto con la literatura y el cine, de hecho, su primera gran pasión artística: la música: referentes musicales del rock y el punk son habituales en sus libros, y juegos intertextuales con canciones de estas tendencias populares son frecuentes, si bien en este libro hay un poco menos de rock and roll que en otros del autor, siguen sonando algunos acordes.

El ingenio, el juego de palabras y el gusto por la expresión paradójica son también marcas de la casa de la poesía de Joaquín. En este libro están muy presentes en todos los poemas, pero se concentran con mayor frecuencia en los haikus y tankas que se alternan con los poemas de extensión más larga. Joaquín ha desarrollado una técnica del haiku que, respetando la métrica clásica del mismo, no respeta sin embargo su actitud contemplativa y mística. El haiku de Joaquín está más cerca del aforismo, un aforismo con una restricción métrica que fuerza su ingenio para provocar la sorpresa en el lector, usando, con mucha inteligencia siempre, el nombre del poema como clave imprescindible de ese juego de ingenio.


PRESENTACIÓN DE "CONTRA. POESÍA ANTE LA REPRESIÓN"




             El día 2 de noviembre en el Hemiciclo de la Facultad de Letras de Murcia, a las 19h, será presentada la antología poética Contra. Poesía ante la represión. Un libro más que necesario en los tiempos que corren, en el que varias de las más significativas voces del panorama poético español lanzan sus versos en contra de la represión. Joaquín Piqueras participa con el poema "Deshaucio".

A, E, I, O, U, ASESINO COMO TÚ






   Un asesino en serie melómano y amante de la poesía de Rimbaud es el protagonista del relato de Joaquín Piqueras "A, E, I, O, U, ASESINO COMO TÚ", incluido en el excelente último número de Vinalia Trippers, que conmemora sus más que envidiables 20 años de vida. Adentrarse en las páginas de “Helter Skelter”, al igual que en las del suplemento Poemash, constituye toda una orgía para los sentidos; sangre que adquiere el color de la buena literatura y que hace que ésta brote a borbotones. Enhorabuena, tripulantes. Sin duda, un magnífico trabajo que traerá de cabeza a los forenses que investiguen el régimen literario actual.

CRONÓFOBOS A TODO RITMO



Toño Jerez presentando a Joaquín Piqueras

         Joaquín Piqueras presentó el pasado sábado, día 16 de mayo, su última plaquette Cronófobos a todo ritmo en La Oficina Producciones Culturales de Almería, dentro de la programación de "Poeta de Guardia" llevada a cabo por esta entidad cultural. El recital fue presentado por el poeta Toño Jerez, creador de la admirable iniciativa "Poeta de Guardia" y director del programa "Malanoche" de Candil Radio, que retransmite los recitales los domingos de 10.00 h. a 11.oo h.

        Cronófobos a todo ritmo está estructurado como una especie de cronómetro que recoge los treinta últimos segundos de unos personajes que, a pesar de su cronofobia, son protagonistas de la alocada carrera del tiempo. Cada segundo se corresponde con un poema encabezado por un personaje cronófobo: el primero es el adicto (minuto 00.00.30); le siguen otros tantos personajes -el moroso, el actor, el héroe, el filósofo, la víctima, el amante, el buscardor de orgasmos...-, hasta llegar al minuto 00.00.00., en el que el amnésico da fin al poemario.


Joaquín Piqueras recitando sus versos
Portada de la plaquette 

DOS HAIKUS DE JOAQUÍN PIQUERAS EN "OUT OF FRAME" DE DOMINGO LLOR




HÁBITAT

El dolor sabe
dónde tiene su hábitat,
y yo también



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HERIDA

Convaleciente
aún, siento que mi herida
me quiere mucho


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CANCIÓN DE AMOR A DOS MANOS





“…la violencia de género
  ha degenerado en violencia
  de número.”
                                     J.P.

 “…No quiero oír ya más campanas.
La noche se deshace, el silencio se agrieta.”
                                                                Idea Vilariño


Cada vez que acoplas tus manos
a mi garganta y aprietas,  
y ahogas, para colocarte tu corona de espinas
y luego decirme con lágrimas en los ojos
lo mucho que me quieres,
la noche grazna a mi alrededor su estribillo de muerte.

Cada vez que hundes tu boca
entre las piernas del recuerdo,
y sabes cómo liberar todos los resortes de la vergüenza,
haces que me sienta
una mierda que guarda silencio,
mientras la noche se deshace en su estribillo de muerte.

Déjame que te explique, hace tiempo que el cuco
no anuncia primaveras, sólo infiernos de nieve,
y no hay, no existe suficiente almohada
para ahogar mi grito.

Cada vez que me llamas puta
y aplicas en mi piel el ritual de tus manos,
y después me dices que no volverá a suceder,
que lo siento, que no sabes cuánto te quiero,
y me pides que te perdone,
vuelvo a sentir el coro de la noche en su estribillo de muerte.

Cada vez que el amor deja
puntos de sutura y un reguero de reproches en el corazón,
me dejas bien claro que la culpa es mía,
para que la canción siempre se repita
y su maldito estribillo impregne la noche
de sudor y de miedo.

Déjame que te explique, hace tiempo que el cuco
no anuncia primaveras, sólo infiernos de nieve,
y no hay, no existe suficiente almohada
para ahogar mi grito,

no hay, no existen suficientes manos
para ahogar mi voz.



                                                            Joaquín Piqueras, 2013.

JOAQUÍN PIQUERAS EN "MANIFIESTO AZUL 14"




      El pasado viernes, día 15 de noviembre, la Azotea (Murcia) acogió con notable éxito de público la presentación del número 14 de Manifiesto Azul, editado por el Colectivo Iletrados. Joaquín Piqueras leyó su contribución a este imprescindible fanzine murciano: el texto "Enseñar a los clásicos", que a continuación reproducimos.


ENSEÑAR A LOS CLÁSICOS
  
Y mostrando la mejor de sus sonrisas,
confesó la alumna de Filología Hispánica
a su profesor de Literatura:

- Si hay algo que humedece mis ojos
y hace palpitar mi cuidado hasta hundirme
en las entrañas de la tierra
es aprender literatura hincada de rodillas,
porque no hay, no existe placer
más grande que tu enhiesto
surtidor de sueños iniciándome
en el suculento sabor de los clásicos,
sentir a través de su plectro sabiamente meneado
a Berceo tocándome la campanilla
con su alejandrino cesurado;
al Arcipreste templando mis cuerdas vocales,
al tiempo que susurra entre espasmos
"sírvela, no te canses, sirviendo el amor crece";
a Manrique con sus ríos que van a dar a mi boca,
"a se acabar e consumir";
a Fray Luis, enfurecido león cuando
frecuenta la escondida senda de mis labios;
a San Juan, hiriendo mi cuello,
dejándome despeinada y sin sentido;
a Garcilaso, que de sí mismo él se corre agora;
a Cervantes, Góngora, Lope, Quevedo,
cuatro glandes a mi lengua pegados,
¿ y Calderón?, ay, infelice de mí,
apurar todos los clásicos pretendo.


YA LA VENTA "EL DESCRÉDITO".




      EL DESCRÉDITO. Viajes narrativos en torno a Louis Ferdinand Céline ya está en la calle. Una completísima antología de relatos de autores actuales que rinden homenaje al autor de Viaje al final de la noche. Joaquín Piqueras participa con su relato "El infinito puesto al alcance de un caniche", ágil experimento narrativo que combina el Foro Chat con el lirismo y el ensayo.

Aquí presentamos un fragmento:

     ...  Los jardines seguían igual. Una incómoda sensación de nostalgia irrumpió como un inmenso hachazo en su interior, destrozando todas las barreras que el paso del tiempo había ido forjando a expensas del recuerdo. Se reconocía a sí mismo en cada zancada que daba sobre la acera, se veía soñando despierto años atrás cuando recorría el mismo itinerario, mientras ella hacía su trabajo.

El burdel, camuflado en forma de pequeño hotel, seguía allí, bajo la protección anémica de una floresta artificial. El negocio no parecía ir tan bien como antes: ninguna reforma a la vista; pero fue sobre todo la ausencia de un guardia que cumpliera el doble papel de vigilar y hacer la vista gorda cuando los furtivos compradores del placer se introdujeran a sus espaldas lo que terminó de corroborar su sospecha. Antes de decidirse a entrar, se tocó la entrepierna y suspiró largamente. Pulsó con firmeza el timbre dos veces; y, tras un par de minutos que le parecieron eternos, apareció una puta ya entrada en años. Sin que le diera tiempo a hablar, le disparó una pregunta a bocajarro:

-¿Sigue viviendo aquí Molly?

(...)

RESEÑA DE "LOS INFIERNOS DE ORFEO" POR JESÚS CÁNOVAS MARTÍNEZ



Joaquín Piqueras


Jesús Cánovas


Los infiernos de Orfeo son los infiernos de Martín Orfeo, quien, atribulado, recuerda a Eurídice García, su amor perdido, en la soledad de su cuarto, pinchando la aguja en el vinilo, que suena a blues, mucho blues y algo/ de bolero, de fado… Quema el amor perdido en sus ojos, como quemaba la nieve en un poema de Ángel González, y además/están esas motas de polvo/que son como los heraldos negros de Vallejo, pero Martín Orfeo sabe que, como vana tarea ha de recopilar recuerdos inservibles, enloquecidos arpegios que suenan a cristal roto, mientras la aguja en el vinilo chasca con un tic tic, tic tic, tic tic intermitente, pues ya ha terminado la música, cualquier tipo de música, las canciones como golpes secos en el umbral de la memoria, porque Eurídice, Eurídice García, su inconfesable amor, ya no existe (o, por lo menos, le ha dado un plante).

Martin Orfeo es un alter de Joaquín Piqueras, uno de sus posibles, una línea de desarrollo o de destino, que insiste desde las sombras del inconsciente para realizarse en la luz. Esa luz es la realidad, que es absurda, esto es, carente de sentido; por eso Orfeo es interpelado como una imagen distorsionada del propio autor en el espejo del desasosiego. La ironía y la mirada nihilista como consecuencia están servidas, y arrasan. Ya desde el primer poema del libro,Orfeo y el síndrome de Diógenes, el protagonista se sumerge (dispuesto a no tirar nada fuera de sí), en el pasado de un recuerdo devastador que se acompaña con una reflexión sobre el amor y el sentido de la vida en tono ácido. Una inquietante melodía y una melancolía incierta provocan en el lector la sonrisa, junto con la tristeza y unos atisbos no poco inquietantes de locura, y le remueve en su asiento, pues ese lector de forma análoga baja a sus propios infiernos, que son los de Martín Orfeo: la vivencia del desamor y la soledad.

Se entrecruzan en el libro tres motivos que configuran su armazón: el mito de Orfeo, el infierno de Dante y la peculiar visión conforme al universo simbólico propuesto por el autor acerca de la cotidianeidad. El mito se reinterpreta, aunque conserva su esquema: el protagonista al igual que su homólogo baja a los infiernos para rescatar a su amor, pero al igual que su homólogo asciende sin su amor y con la consciencia del fracaso: quien ha bajado al infierno y de él ha ascendido porta en sí el infierno. Casi como un ejercicio onanista, Orfeo, a partir de ese momento tocará solos con su saxo o acaso con su Fender Telecaster de seis cuerdas cada noche antes de salir al escenario/ de la vida. El infierno de Dante provee la estructura de la obra; son nueve círculos los del infierno del florentino al igual que las nueve pistas que componen cada una de las dos partes del poemario, que a modo de caras, A y B, lo conforman como si fuera un disco/CD. Es que Martín Orfeo es músico y poeta; tras la pérdida de su amada, casi como un movimiento involuntario viajará hacia el fondo de su memoria en el intento por rescatarla, pero se encontrará con los pecios últimos de un yo náufrago que flota en una mar de insomnio, inconsciente, ambigua, fluctuante y perversa. 

Orfeo baja al infierno y en él naufraga, pero de él asciende renacido, aunque de un modo harto extraño, porque también él vendió su alma al diablo,/ por el amor a Eurídice García,/ él solo quería aprender los acordes del amor eterno/ y se encontró con las veleidades del destino. El infierno está en él, pero también fuera de él, por lo que, ascendido del Hades, Orfeo adquiere una nueva conciencia, esto es, una nueva mirada sobre las cosas y el mundo. Estupefacto viene a saber que no encaja en una realidad deslavazada, en un mundo sin valor que se desmorona como la herrumbre y al que no salvan ni los arpegios de la música, por muy sublimes o melódicos que estos sean. Esa nueva conciencia adquirida no es otra sino la de un grandísimo cronopio. Cronopiocronopio… un título honorífico para quien no encaja en el mundo, y, además, grandísimo, como Louis Amstrong en el artículo de Cortázar, enormísimo, y no importa que Martín Orfeo no sea Louis Amstrong ni Robert Johnson, no sea Charlie Parker ni Whitmnan, ni Dylan Thomas, ni Morrison, ni Joplin,  ni Curtis, ni Hendrix, ni Cohen, ni tantos otros, para saberse cronopio, un globito verde y húmedo en anarquía interior que flota por ahí, en el éter de los románticos quizá, poblando los teatros y escenarios vacíos para desafiar las leyes lógicas de la razón/ y del mundo.

La conciencia de cronopio convierte a Orfeo en replicante, en un ser en la encrucijada, en alguien que a veces camina por el lado salvaje de la vida, que es infiel y cobarde; en un onanista de insomnios desbaratados y sueños dulces de imposibles, pero sobre todo en alguien que quiere sobrevivir a toda costa en ese mundo absurdo de nihilidad amenazante: En busca del refugio perfecto/ apuras supermercados/ saturados de espejismos. Pero no hay refugios que sustraigan o protejan de la estulticia —se ilumina Orfeo—, por más reformas educativas a que seamos sometidos, por más que en la noche el insomnio nos desvele y nuestro pensamiento cabalgue, hasta deshacerse en estrías, las preguntas sin respuesta… Cerremos los cerrojos del crepúsculo, anudémonos el don de la ignorancia al que se nos condena; al final, la furia de las ménades, dulce, tan temida y deseada, los arpegios o el bramido de esa música que hace tambalear los pilares del infierno,/ que nos sumerge en una muerte/ dulce a manos de enfervorecidas fans.

Joaquín Piqueras sería un canalla si nos hubiera metido en el laberinto de los infiernos de Orfeo para dejarnos ahí, perdidos, sin un posible hilo redentor de Ariadna. Pero Joaquín, en lo que le conozco, es un hombre serio (un caballero, que diría alguien excesivamente cursi), así que en las dos últimas pistas/poemas del libro tiene a bien proponernos el contrapunto del dislate, la desvelación o resolución del enigma: ¿Existe la vida después de la muerte?/ Preguntádselo a Orfeo, que entre la pena/ y la nada ha elegido/ la temeraria pena de seguir viviendo. Para sobrevivir y sobrevivirse se trata, pues, de no mirar hacia atrás, si el ambiente no acompaña o la melodía externa es anticadencia del corazón, atender únicamente a la melodía interior, que es el contrapunto necesario, firme, para mirar hacia adelante. Por eso Martín Orfeo rescata algún viejo libro de autoayuda y desempolva unas cuantas estrategias con las que afrontar la vida, según una escala, musical por supuesto. Ahí van, del poema Contrapunto (I):

DOminio sobre sí mismo,
     REconciliación con la vida, erradicar el
          MIedo al fracaso,
               FAmiliarizarse con los envites del destino, amar la
          SOLedad edificada sobre uno mismo, dejar de
     LAmentarse por los errores del pasado y
                                  SIlenciar cualquier amago de amor
que huela a verdad o compromiso
o a contrato a largo plazo.
 
Son versos que se salen de sí, como la mayoría de los que componen la obra. La hábil utilización del encabalgamiento junto con el dialogismo, intra o extra textual, convierten sus poemas en fluidos, resonantes, vivos. Y, por si fuera poco, se les añaden la ironía a la vez que la amargura. Desde Quevedo, no conozco poeta en el ámbito hispano (digamos, para ser más precisos, en el ámbito murciano de por aquí), y conozco unos cuantos, que maneje mejor y con más sutiliza la ironía que Joaquín Piqueras; bueno, hago un inciso, también, larga y anchosa, la maneja Pedro Javier Martínez. Ahora bien, la ironía de Pedro Javier viene generalmente envuelta en un halo de ternura, por lo que, a la postre, queda dulcificada; la de Joaquín es barriobajera y profunda: arrasa, quema. Retorcido requemor, pues, con tanta frecuencia acompañado por unas muy sublimes reflexiones, si no evocaciones… Esta maestría en la ironía le lleva a Joaquín Piqueras a convertir su poesía en sumamente provocativa: a la sonrisa suscitada se le adherirá, indeleblemente, el gesto indefinible que supone el amago con que nos golpea la tristeza. Lo demás es silencio.

Haré, por último, de insospechado vate: Le auguro a Joaquín Piqueras un futuro brillante en esto de la poesía, donde tanto retrasado hay. Y me alegro.



(Texto extraído del blog de Jesús Cánovas Martínez El arco del triunfo)

DOS POEMAS PRIMO-HERMANOS DE JOAQUÍN PIQUERAS Y DE ALEXIS DÍAZ-PIMIENTA

Joaquín Piqueras y Alexis Díaz-Pimienta

 EL NOTICIÓMANO

para mi amigo Joaquín Piqueras, “compañero de mesa”

Como cada mañana de domingo
vas al quiosco más próximo a comprar la prensa.
Es un acto instintivo, involuntario, incondicionado,
el martillito que te golpea la rodilla... y vas.
Como cada mañana de domingo
te sientas a desayunar con el diario delante.
Café, “con dos de sangre, por favor”. Tostadas con cadáveres.
Y al jugo de naranja ponle un poco de pólvora.
Pareces tan feliz. Ellos muriendo y tú tan lejos.
Ellos sin pan y tú con gafas.
Ellos sangrando y tú leyendo titulares.
Cruzas las piernas debajo de la mesa. Mala señal.
Cruzas las manos al hojear el periódico. Mala señal.
Cruzas la vista para ver al lector de una mesa cercana. Mala señal.
No importa que sea domingo y verano y 10 de la mañana.
Todas las señales son nefastas.
Encima, el muerto de la foto parece conocido.
Todos los muertos de todas las fotos de todos los diarios
parecen conocidos.
Debe ser de otro diario, pero no te das cuenta.
De otro domingo, pero tú no lo sabes .
Del desayuno del domingo anterior, pero no lo recuerdas.
Otro café, “con menos sangre, por favor”.
Pero el martillito te golpea otra vez y pasas a otra página.
Dice el horóscopo que vas a ser feliz en el dolor.
Anuncia el meteorólogo lágrimas fuertes
y marejadas peligrosas para náufragos jóvenes.
Mete otro gol un futbolista parecidísimo
al cadáver de la página 7.
Mala señal. Algo te está sentando mal esta mañana.
Qué raro. Es domingo. Es verano. Hay sol y playa.
Pero sí. Estás mareado. Todo se mueve alrededor del pan.
Tal vez los cadáveres no estaban bien hechos.
Quizás la sangre del café estaba infectada,
caducada la pólvora. Ya no vale la pena comer fuera de casa.
Cada vez está peor la hostelería.
Da lo mismo la Costa del Sol, la Riviera francesa,
Cancún, Honolulu, las islas del Peloponeso.
Da lo mismo que leas The Time, Il Corriere,
Le MondeEl País, o el blog de algún amigo.
No vengo más, piensas de pronto.
No compro más la prensa.
No leeré nunca más las noticias.
Pero pobre de ti,
ya está otra vez el martillito en lo más alto

y babeas como el perro de Pavlov sobre el periódico.


                                                (Alexis Díaz-Pimienta)


  DESAYUNO CON CADÁVERES

la muerte acude con puntualidad británica
todas las mañanas a la hora del desayuno,
enciendes el televisor y observas
cómo tu fiel comensal te vomita encima
cadáveres revueltos con escombros...
ejerces tu derecho al zapeo y compruebas
ya sin hambre cómo el menú poco cambia:
muertes a la carta...
y es que el estómago del mundo 
no sabe de lindezas culinarias

                                                   (Joaquín Piqueras)





(Poemas extraídos del blog de Alexis Díaz-Pimienta http://cuartodemalamusica.blogspot.com.es)

JOAQUÍN PIQUERAS RECITARÁ MAÑANA EN EL II CICLO DE "POESÍA EN LA CALLE"



            
              Joaquín Piqueras recitará mañana día 20 de agosto en la Explanada del Auditorio y Palacio de Congresos "Infanta Doña Elena" de Águilas, dentro del II Ciclo de Poesía en el Auditorio. Poesía en la Calle. El recital, que empezará a las 22:00 h., contará con las siguientes actuaciones:

José Manuel Rodríguez Viedma (Granada)
María José Castejón Trigo (Zaragoza)
Julián Borao (Bilbao)
Ivonne Sánchez Varea (Granada)
Joaquín Piqueras (Cartagena)
Antonia Soler (Calasparra)
Andrés Carrillo (Cabo de Palos)
Ascensión García (Cehegín)
Tomás Soler “Acróbata” (Águilas)
Nieves Rodríguez Artero (Águilas)
Javier Irigaray (Antas)

Música a cargo de Mariam & Andrés

JOAQUÍN PIQUERAS EN "VINALIA TRIPPERS. Spanish Quinqui"

     
Ilustración de Erika Arce
  
    En el nuevo número de "Vinalia Trippers" Joaquín Piqueras participa en su suplemento Poemash, dedicado a El Ángel,  con el poema "Esto no deja de ser una sucia canción de amor". Un largo poema del que ofrecemos un fragmento:

...Vendimos nuestra alma al diablo
por un poco de placer,
salimos de nuestra casa buscando el cielo
y hallamos universos completamente llenos
de vacío. La vida es ahora un festín de polvo
hirviendo en la cuchara de la nada.

El Ángel no deja de ser un ángel
perdido en un arco iris infinito.
Nosotros no dejamos de ser nosotros
perdidos en un profundo y largo beso
dirigido hacia la muerte.



PRESENTACIÓN DE "LOS DEMÁS DÍAS" DE ANTONIO GARCÍA SOLER


Joaquín Piqueras y Antonio Marín Albalate,
en una imagen de Erika Arce.

Hoy, viernes 28 de junio, Cartagena será testigo de un hecho inolvidable: la doble presentación del libro Los demás días del poeta almeriense Antonio García Soler, en la que intervendrán Joaquín Piqueras y Antonio Marín Albalate, primero en la librería LER (a las 20.00 h.) y después en la sesión golfa de EL PALCO, a partir de las 22.00 h. Os esperamos.





JOAQUÍN PIQUERAS EN LA CLÁSICA BOHEMIA DE ÁGUILAS




        Este pasado lunes, día 27 de mayo, Joaquín Piqueras recitó en La Clásica Bohemia de los lunes, en Águilas, junto a los poetas Pedro Felipe Granados, Juana J. Marín Saura, Juan Antonio Azpeitia, José Martínez Giménez, Amaya Martín, Tomás Soler Borja y Andrés Carrillo Heras, en una noche inolvidable en la que los versos adquirieron el sabor del compromiso humano y social. Con este recital se cierra un primer ciclo poético brillantemente dirigido a lo largo de este año por el poeta Pedro Vera, quien además será el maestro de ceremonias en una fiesta rapsódica de poesía erótica que tendrá lugar en este mismo local el día 24 de junio a partir de las 23.00 h. y que pondrá el colofón final a esta gran temporada. En ella participarán los poetas:

Inma Pelegrín.
Joaquín Piqueras.
Alicia Fernández.
Ignacio Martín Lerma.
Nieves Rodríguez Artero.
José Luis González Cobelo.
Noelia Illán Conesa.
Tomás Soler Borja.
Katy Parra Carrillo.
Andrés Carrillo Heras.
Javier Irigaray.


Los protagonistas de la noche.

JOAQUÍN PIQUERAS RECITARÁ MAÑANA EN EL "I ENCUENTRO DE AUTORES DE CARTAGENA"




           Dentro de los actos organizados para el I ENCUENTRO LITERARIO DE AUTORES DE CARTAGENA, que se celebra entre los días 24 y 27 de abril en diversos puntos de la ciudad portuaria y de cuyo atractivo programa pueden ustedes disfrutar en la imagen de abajo, Joaquín Piqueras recitará en el Recital poético que se realizará mañana a partir de las 20.00 h. en El hombre tranquilo, cafetería de nombre fordiano ubicada en Calle Honda, 29. Desde diferentes poéticas, cinco voces vinculadas a Cartagena harán que la noche se cubra de versos y que la emoción poética vibre en cada fibra de nuestro ser. La asistencia es obligatoria. Si usted no va, parafraseando a John Ford, "¡lo lamentará hasta el día de su muerte, si vive hasta entonces!"


Programa del I Encuentro Literario de Autores de Cartagena  (ELACT).